Más de 500 años de historia se resguardan en documentos en el Archivo General Municipal de Puebla, que además de aportar información trascendental de la ciudad, también permiten conocer los tipos de tinta, papel y técnicas que se empleaban.
Este espacio cuenta con un área de restauración, por donde han pasado distintos documentos que, a fin de rescatarlos, han sido intervenidos para mantener viva la historia de la ciudad.
De cara al 161 aniversario de la Batalla de Puebla, desde este espacio han intervenido varios bandos de principios del siglo XX que hacen referencia a las celebraciones que se hacían con motivo de la Batalla del 5 de Mayo de 1862.
El encargado del Taller de Restauración Documental del Archivo General Municipal de Puebla, Ezequiel Barba Merizaldo, compartió parte del trabajo que han hecho a los documentos que forman parte de la serie documental Bandos.
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Se trata de afiches de diversos formatos, algunos de gran tamaño, que llegan a medir 70 centímetros de ancho por 1.20 metros de largo, porque tienen la función de dar a conocer a la población un evento en específico.
El licenciado en Restauración y Museología por la Universidad Tecnológica Equinoccial del Ecuador, señaló que estos documentos no se encontraban en buen estado de conservación, ya que llegan a sufrir afectaciones por factores como humedad y abandono.
Además de que en algunos casos permanecieron en cajas y hubo inundaciones o incendios. También pueden ser dañados por roedores o insectos, entre muchas otras causas.
Uno de los bandos que está próximo a trabajar data de 1944, cuando se cumplieron 82 años de la Batalla del 5 de Mayo.
Destaca en la parte central superior el escudo nacional en tono verde, debajo de éste el nombre en letras mayúsculas y tono café de Alfonso Meneses González, quien entonces era presidente municipal de Puebla.
Un párrafo más abajo describe que en la sesión del 27 de abril de ese mismo año, con la colaboración del gobierno del estado y de la 25 zona militar, se acordó que se conmemore el “LXXXII ANIVERSARIO DE LA GLORIOSA BATALLA DEL 5 DE MAYO DE 1862”.
En dicho bando se informa a los habitantes de Puebla que para tal evento se contará con la presencia de Manuel Ávila Camacho, quien entonces era presidente de los Estados Unidos Mexicanos.
Todo el texto es enmarcado por líneas rojas y después un margen en tono verde, cuyas esquinas superiores rompían los vértices con otras figuras.
“Me gusta mucho la parte del diseño, la tipología que se hacía con tipos de madera en este caso, entonces se construye todo el armazón. Pasaba por varios procesos y me imagino que primero fue el rojo, luego el verde y por último el café para el proceso de impresión”, relató.
“En general, el documento está bien, salvo por una ruptura y los dobleces y un poco de humedad, pero se encuentra en muy buen estado, así que no tiene mayor prioridad más que esté estable y se va a manipular con su guarda para que no haya mayor daños”, comentó.
La intención es cuidar los pliegues que presentan, atender las rupturas, cuidar el soporte y devolver el formato y cuidar lo más extendido posible, explicó. Todo se hace de manera orgánica, sin uso de materiales abrasivos porque el papel es un elemento orgánico.
El experto reconoció que no todos los documentos necesitan pasar por un proceso de intervención, ya que algunos sólo requieren ser limpiados y probablemente fumigados, pero nada más.
En este trabajo -dijo- se han encontrado documentos que le han llamado mucho la atención, como lo son las actas de Cabildo, de las cuales se observa una escritura cortesana, la tipografía y las decisiones que se tomaban entonces para la época que vivían los poblanos.
Otros documentos que también le han sorprendido son los que se refieren a 1822 para la llegada de Agustín de Iturbide, así como las listas de los voluntarios para unirse al movimiento de la Revolución Mexicana, expedientes de 1825 que se refieren a la gastronomía poblana, así como carteleras cinematográficas y otros.
Como responsable del taller, desde hace dos años se dedica a la capacitación de personal en el archivo para tareas de conservación y restauración.
Les enseña, una vez que definen el documento a tratar, cómo analizarlo, cuáles son todos los componentes del objeto, su estado de conservación y finalmente se determina qué se va a realizar, si sólo será limpieza o requerirá de intervención.
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Con información de El Universal