La clase de 2025 de Harvard celebró su graduación en mayo bajo la sombra de las políticas de Donald Trump. Las ceremonias reflejaron resiliencia ante amenazas federales.
Trump anunció la cancelation de contratos con Harvard y restricciones a estudiantes extranjeros. Esto generó incertidumbre en la comunidad académica.
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Estudiantes internacionales, que representan el 25% del alumnado, expresaron temor por su futuro. Algunos enfrentan problemas con sus visas.
La universidad organizó eventos virtuales y presenciales para la graduación. Los discursos destacaron la importancia de la diversidad y la resistencia.
Estudiantes protestaron durante las ceremonias, portando pancartas con mensajes como “Defend Harvard”. El hashtag #DefendHarvard fue tendencia en X.
Harvard demandó al gobierno, alegando que las medidas son discriminatorias. La batalla legal podría extenderse varios meses.
Graduados como Sara Almasri, de origen palestino, dedicaron sus logros a sus comunidades. “No nos silenciarán”, dijo en su discurso.
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La facultad instó a los estudiantes a seguir luchando por la equidad. Profesores como Cornel West apoyaron las protestas estudiantiles.
La comunidad global mostró solidaridad, con universidades como Oxford enviando mensajes de apoyo. La situación sigue generando debate.
La jueza Allison Burroughs, de Massachusetts (noreste), estado donde se encuentra Harvard, dijo que iba a prorrogar la suspensión cautelar del veto a los estudiantes extranjeros, que había concedido el viernes pasado luego de que la universidad impugnara la medida.
El objetivo es “brindar cierta protección a los estudiantes internacionales” mientras Harvard y al gobierno de Trump se preparan para presentar sus casos, adujo.
“Queremos asegurarnos de que no haya más triquiñuelas”, indicó el abogado de Harvard Ian Gershengorn. “Nuestros estudiantes están aterrorizados y ya estamos teniendo gente transfiriéndose” a otras universidades, afirmó.
En una presentación de último momento antes de la audiencia, la administración Trump emitió un aviso formal de su intención de impedir a Harvard que matricule y acoja a estudiantes extranjeros, iniciando así el proceso legal de inhabilitación en reemplazo de la orden emitida con anterioridad.
La presentación dio a Harvard 30 días para entregar pruebas que muestren por qué no debería impedírsele albergar e inscribir a estudiantes extranjeros, que en este curso representaron el 27 por ciento del alumnado.
Con información de INFOBAE
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