La Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco‑Servytur) ha manifestado su preocupación debido a que la reciente Ley Silla, implementada hace apenas unas semanas, está provocando una reducción significativa en las horas realmente productivas dentro del sector servicios. Según datos de la confederación, la norma ha acarreado una pérdida de casi 6.5 horas de trabajo efectivo a la semana, lo que equivale a un desplome de aproximadamente 18.75 % del tiempo de funcionamiento diario, considerando que las empresas continúan remunerando bases de 48 horas semanales para una jornada laboral de 42 horas efectivas.
¿Por qué tanto impacto?
La «Ley Silla» reconoce el derecho de los trabajadores a disponer de una silla con respaldo y a tomar pausas activas durante su jornada; no obstante, no incluye parámetros técnicos concretos (como duración, frecuencia o condiciones específicas según el tipo de actividad laboral). La Secretaría del Trabajo y Previsión Social introdujo lineamientos generales el 17 de julio de 2025, pero estos aún no subsanan la falta de criterios claros ni brindan certeza jurídica ni operativa.
El recorte en la práctica
Con base en un esquema semanal típico de 6 días laborales, el ajuste práctico se ve así:
- Jornada legal: 8 horas diarias × 6 días = 48 horas remuneradas.
- Tiempos no productivos: 2 pausas activas de 15 minutos + 30 minutos de comida = 1 hora de descanso pagado diario.
- Horas efectivas realmente trabajadas: 7 horas al día × 6 días = 42 horas semanales.
- La diferencia entre salario pagado y tiempo efectivo trabajado implica una reducción operativa del 18.75 %, impacto que repercute directamente en la productividad.
Repercusiones para empresarios y organismos patronales
Octavio de la Torre, presidente de Concanaco, ha advertido que dichas pérdidas representan una sobrecarga adicional para empresas que ya enfrentan desafíos como sobrerregulación y elevados costos. En particular, los negocios de micro, pequeñas y medianas empresas (MiPyMEs), que operan en segmentos de alto flujo de personas —como comercio al detalle, restaurantes, farmacias y servicios turísticos—, son los más afectados, pues la planificación de turnos, metas de rendimiento y costos operativos se ven comprometidos sin contar con un marco técnico claro.
El dilema central: bienestar vs. eficiencia
La norma busca cuidar la salud de los trabajadores que pasan largas horas de pie —una postura reconocida por la OIT como generadora de condiciones desfavorables para la circulación y las articulaciones—. Sin embargo, el dilema surge porque:
- Las empresas deben cumplir con la ley, ofrecer sillas adecuadas y respetar pausas.
- Pero, en la ausencia de criterios técnicos mínimos, corren el riesgo de que interpretaciones arbitrarias resulten en inspecciones o sanciones.
- La ambigüedad normativa genera incertidumbre operativa, ya que cada empleador define sus propios esquemas.
Solicitud de reglas claras
Ante esta situación, Concanaco‑Servytur hace un llamado urgente:
- Establecer con precisión los tiempos mínimos y máximos para las pausas activas según el tipo de actividad.
- Definir con claridad qué tipo de sillas, tiempos de descanso y frecuencia son adecuados para diferentes tareas.
- Proporcionar a las empresas un marco normativo uniforme, que minimice ambigüedades y brinde certeza legal, permitiendo conciliar el bienestar del personal con la viabilidad y eficiencia empresarial.
La «Ley Silla» representa un avance sociolaboral importante en materia de salud y condiciones de trabajo para empleados que laboran de pie. No obstante, su falta de delimitaciones técnicas claras está generando un impacto negativo en la productividad del sector servicios, lo que conlleva un aumento de carga operativa y tensión jurídica para los empleadores. Ante ello, el llamado de Concanaco‑Servytur a definir lineamientos precisos es fundamental para que esta reforma laboral pueda cumplirse de manera efectiva, equilibrada y sostenible.
Deja un comentario Cancelar respuesta