Porque la vida es lo más importante, hoy hablaré de “El Señor de la Noche”: el jaguar. Primera parte.
Pantera onca, es el nombre científico del jaguar, que es es el mayor depredador de las regiones tropicales y subtropicales de México. Hasta hace unos 60 años era una especie muy abundante que habitaba desde Sonora hasta Chiapas en la vertiente del Pacífico, y desde Tamaulipas hasta la Península de Yucatán por la vertiente del Golfo y sin embargo; ahora se encuentra en peligro de extinción, por la caza indiscriminada, pero sobre todo por la pérdida de su hábitat.
Es el mayor felino del continente americano, superado en tamaño sólo por el león africano y el tigre asiático. Mide de 1.7 a 2.4 metros de la punta del hocico al arranque de la cola, que a su vez, alcanza de 50 a 70 cm.
Los machos pesan unos 100 kg, y las hembras más de 50, los más grandes jaguares pueden pesar hasta 150 kilos. Por la belleza de su piel salpicada con inconfundibles manchas arrosetadas, ha sido tradicionalmente objeto de intensa cacería.
Hábitat
Sin embargo el problema más grande es la reducción de su hábitat. Por ser un carnívoro depredador y por su tamaño, requiere de considerables cantidades de alimento, por lo que cada jaguar adulto necesita un amplio territorio de caza. Se calcula que en selvas bien conservadas hay uno por cada 6.5 kilómetros cuadrados.
Población del jaguar
Una población de jaguar requiere de miles de hectáreas para mantener su viabilidad a largo plazo, así, su conservación requiere la conservación de su hábitat en extenso. Por lo tanto, al conservar suficiente hábitat para mantener una población de jaguar, se están protegiendo adicionalmente miles de especies de flora y fauna que comparten el territorio, y que son precisamente las que permiten la existencia del felino, por eso es por lo que al jaguar se le denomina especie “sombrilla”, ya que hablando en términos de ecología con su presencia “cubre” a otras diferentes.
Continuaremos:
Por Patricia Santos.