La nueva miniserie de Netflix, El Eternauta, no solo está atrapando a los fanáticos de la ciencia ficción, sino también reactivando una profunda herida en la memoria argentina.
Basada en la historieta publicada en 1957 y creada por Héctor Germán Oesterheld, la serie cuenta una historia de invasión extraterrestre, pero su trasfondo conecta con uno de los capítulos más oscuros de la historia reciente de Argentina.
La trama se desarrolla en Buenos Aires, donde una extraña nevada cubre la ciudad. Sin embargo, estos copos de nieve no son inofensivos: matan de inmediato a quien los toca. Ante el caos, un grupo de sobrevivientes, liderado por Juan Salvo, el protagonista, se enfrenta a la amenaza que, pronto descubren, proviene de otro planeta.
Una amenaza del espacio con raíces en la historia
Con seis episodios de 45 a 50 minutos cada uno, la serie ha sido calificada como ideal para una maratón y ya se posiciona en el top 10 de lo más visto en Netflix. Aunque la ficción no está basada en hechos reales, la vida de su autor sí fue marcada por la tragedia.
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Oesterheld fue secuestrado y desaparecido por la dictadura militar argentina en 1977, al igual que sus cuatro hijas —Beatriz, Diana, Estela y Marina—, dos de ellas embarazadas. Aún hoy, él y su familia permanecen desaparecidos. Esta historia ha reforzado la conexión emocional con la serie, especialmente entre las organizaciones de derechos humanos.
Una serie que impulsa la búsqueda de la verdad
Tras el estreno, El Eternauta ha motivado una campaña impulsada por Abuelas de Plaza de Mayo para intensificar la búsqueda de los nietos del autor. La iniciativa, viralizada bajo el lema “¿Estás mirando El Eternauta?”, invita a personas nacidas entre noviembre de 1976 y enero de 1978 a contactarse y averiguar si fueron víctimas de apropiación ilegal durante la dictadura.
“El impacto de la serie nos dio una oportunidad enorme para visibilizar nuestra búsqueda”, afirmó Manuel Gonçalves Granada, nieto restituido y secretario de Abuelas, en declaraciones a EFE.
Mientras el público descubre esta historia de ciencia ficción cargada de tensión y misterio, el legado de Oesterheld cobra nueva vida. Más allá de la pantalla, su obra se convierte en puente entre la memoria y la identidad de generaciones aún marcadas por el terror de los años 70 en Argentina.
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