El apogeo de la Cruz Parlante

El apogeo de la Cruz Parlante

Noticaribe Peninsular

Hablando de historia y otras cosas, ¿sabían ustedes que la Cruz Parlante, además de comunicarse con sus fieles, también recibía de ellos cartas y mensajes?

Que tal, les saluda Lorena Careaga y hoy hablaremos de algunos aspectos notables del culto a La Santísima durante la Guerra de Castas.

En 1850, después de tres años de lucha encarnizada, la guerra estaba a punto de terminar y de forma por demás desfavorable para los sublevados. Fue el surgimiento de una Cruz que comenzó a comunicarse verbalmente y por escrito, el elemento que dio a los mayas fuerzas renovadas, que les serviría a partir de entonces de líder y guía, y, sobre todo, que daría cohesión a las distintas facciones rebeldes, en ese momento en repliegue y desperdigadas.

La idea partió de José María Barrera, pero fue el líder Bonifacio Novelo quien instituyó realmente el culto a la que ahora conocemos como Cruz Parlante. En una misiva sin precedentes, fechada en febrero de 1851, Novelo fue el primero en dirigirse por escrito a la Cruz con el respetuoso epíteto de “Tu Hermosura”, otorgándole así un carácter único y una personalidad propia. Y con ello, fue también el primero en plegarse a sus designios. Uno a uno, el resto de los caciques se fueron uniendo bajo esta fuerza potente, a la vez simbólica y real.

En su apogeo, la Santísima intervenía en todas las cuestiones de gobierno, organizaba lo concerniente a la vida cotidiana de la comunidad y presidía sobre el ritual y la religiosidad. Su voz comandaba los acuerdos con los ingleses, impartía justicia, vigilaba el cumplimiento de la ley, ordenaba los ataques a pueblos yucatecos, decidía el destino de los prisioneros y decretaba la muerte de cualquier traidor que pretendiera firmar la paz con Yucatán. Asimismo, en batallas importantes, como ocurrió en la segunda toma de Bacalar en 1858, también acompañaba presencialmente a sus protegidos con el fin de infundirles valor y confianza.

Hacia 1870, la Santísima fue trasladada a Tulum. No es que surgiera en aquel poblado una cruz rival, sino que, como resultado de las condiciones de la guerra, los mayas tomaron varias medidas estratégicas, entre ellas dejar a Chan Santa Cruz como centro político y militar, y convertir a Tulum en santuario religioso a cargo de una mujer: la sacerdotisa María Uicab.

 

Sigamos en contacto vía Twitter, en @lorenacaracol. Hasta la próxima.

 

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