Educación emocional en las escuelas, una urgencia para el 2025

La UNESCO ha dado un paso decisivo al incorporar la educación emocional dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, estableciendo directrices claras para su implementación en todas las escuelas del mundo

Educación emocional en las escuelas, una urgencia para el 2025

Educación emocional en las escuelas, una urgencia para el 2025

En el año 2025, se ha producido un cambio significativo en el ámbito educativo a nivel mundial, enfatizando la formación de individuos completos que no solo posean conocimientos académicos, sino también habilidades emocionales y sociales.

El retorno a las aulas este año debe diferir de los anteriores. No es suficiente con simplemente ajustar los horarios y retomar las rutinas habituales; las instituciones educativas tienen la obligación de asegurar el bienestar socioemocional de sus estudiantes desde el primer día de clases. La creciente crisis de salud mental entre niños y adolescentes, manifestada en el aumento de la ansiedad, el estrés académico, el acoso escolar y la desconexión emocional, demanda un cambio de paradigma. No podemos continuar formando estudiantes únicamente para rendir en pruebas estandarizadas; es imperativo prepararlos para enfrentar la vida en su totalidad.

Este año marca un punto de inflexión en la educación global. La UNESCO ha dado un paso decisivo al incorporar la educación emocional dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), estableciendo directrices claras para su implementación en todas las escuelas del mundo. Ya no se trata de una sugerencia o de iniciativas aisladas; es una necesidad que no puede postergarse más.

Las instituciones educativas deben actuar de inmediato. El 2025 es el año en que la educación emocional deja de ser un discurso para convertirse en una realidad tangible.

La educación emocional como fundamento del aprendizaje

Cada año, el inicio del ciclo escolar representa un proceso de adaptación tanto para los niños como para sus familias. Padres primerizos que llevan a sus hijos por primera vez al colegio, estudiantes que avanzan a cursos superiores, rutinas que se ajustan y horarios que se reorganizan. Todo esto requiere un acompañamiento emocional adecuado para garantizar una transición saludable.

Sin embargo, más allá del ámbito familiar, existe una responsabilidad institucional fundamental. No es suficiente enfocarse únicamente en lo académico; la salud mental y emocional de los estudiantes debe estar en el centro de la planificación escolar. La UNESCO ha destacado que el aprendizaje socioemocional es esencial para garantizar una educación de calidad y ha recomendado que los colegios lo integren de manera sistemática dentro de su estructura curricular.

Esto implica que la educación emocional no debe limitarse a actividades aisladas o a espacios esporádicos como la orientación o los consejos de curso. Debe ser una parte transversal del proceso educativo, influyendo en la forma en que se enseñan todas las asignaturas y creando un entorno de aprendizaje seguro y acogedor para todos los estudiantes.

Beneficios de la educación emocional

La implementación efectiva de la educación emocional en las escuelas conlleva múltiples beneficios:

En conclusión, la educación emocional ya no es una opción, sino una urgencia. Las escuelas deben adaptarse a esta realidad y asumir el compromiso de formar integralmente a sus estudiantes, preparándolos no solo para enfrentar los desafíos académicos, sino también para desenvolverse de manera efectiva y saludable en la vida.

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