Por extraño que parezca, se celebra los días 20 de agosto, el “Día Mundial del Mosquito”, conmemorando que en esa fecha pero de 1897, fue el día histórico en que se descubrió que la hembra del mosquito Anopheles transmitía de la malaria.
La palabra Malaria, hace referencia a un “Mal aire”, ya que antes de descubrir el mecanismo de transmisión, se intuía que era un mal… que venía por el aire, precisamente.
La malaria o paludismo es una de las enfermedades con mayor índice de mortalidad en el mundo: aproximadamente 600.000 muertes al año y cerca de 200 millones de casos clínicos. Es una enfermedad que ocurre principalmente en los trópicos, no obstante, el 80% de los casos se presentan en África.
La enfermedad es una parasitosis, con síntomas como: escalofríos, fiebre y sudor, causada por el protozoario parasito de la sangre llamado Plasmodium, y que es transmitido por la picadura de una hembra de mosquito Anopheles .
Durante la ocupación inglesa en la India, aproximadamente en 1893, los médicos ingleses Ronald Ross y Patrick Manson destinados en la India, investigando la enfermedad que afectaba a los soldados ingleses, hicieron disecciones de mosquitos que habían picado previamente a enfermos de malaria, y encontraron en ellos a los parásitos. Finalmente los italianos de Grassi, Bignami y Bastianelli, demostraron el ciclo vital del Plasmodium en las especies de mosquito Anopheles y así el mecanismo de transmisión de la malaria a los humanos.
Este importante descubrimiento abrió las puertas al entendimiento de otras enfermedades transmitidas por vectores, a su prevención y tratamiento.