Una serie de denuncias sobre el robo y la venta ilegal de piezas del Museo Frida Kahlo, conocido como la “Casa Azul”, ha causado conmoción entre expertos y amantes del arte. La exdirectora del recinto, Hilda Trujillo, reveló que varias obras han desaparecido del inventario original y, presuntamente, ahora forman parte de colecciones privadas en el extranjero.
Trujillo, quien trabajó en el museo entre 2002 y 2020, primero como subdirectora y luego como directora, aseguró que detectó irregularidades en el acervo tanto del Museo Frida Kahlo como del Museo Diego Rivera Anahuacalli. Pese a haber reportado la desaparición de obras y presentar pruebas, dijo que el consejo directivo ignoró sus advertencias.
Obras desaparecidas de Frida Kahlo
Entre las piezas que ya no forman parte del museo se encuentra el cuadro *Frida en un paisaje o Frida en llamas*, de 1954. La exfuncionaria lo vincula con una obra actualmente en una colección privada, conocida por distintos nombres como *Frida en un paisaje con el sol en la tierra* o *Autorretrato de un girasol*.
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También han sido identificadas otras piezas en el mercado internacional. *Congreso de los Pueblos por la Paz* (1952) fue vendida por Sotheby’s en 2020 por 2.6 millones de dólares, mientras que el dibujo *Libertad americana* desapareció hace más de una década. Además, seis folios del diario de Frida Kahlo, fotografiados en 1994 y resguardados en 2003, ya no están disponibles para consulta.
Acusaciones cruzadas y falta de respuestas
Tras las revelaciones publicadas por *The Art Newspaper*, ni el museo ni la galería neoyorquina Mary-Anne Martin han respondido a las solicitudes de información.
Por su parte, el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) aseguró que no se han otorgado permisos para exportaciones permanentes de obras de Rivera y Kahlo, ambas catalogadas como “monumentos artísticos de la nación”.
El fideicomiso que administra la Casa Azul, gestionado por el Banco de México, rechazó las acusaciones de Trujillo. Afirmó que ella nunca presentó una denuncia formal durante su gestión y que su contrato fue rescindido por irregularidades administrativas y por beneficiar a terceros con bienes bajo su resguardo.
La denuncia pública ha reabierto el debate sobre la transparencia en la gestión del patrimonio artístico mexicano y la necesidad de reforzar los mecanismos de protección.
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