La temporada baja ha provocado una disminución drástica en la ocupación hotelera de Cancún, alcanzando niveles tan bajos como el 55%, lo cual ha encendido las alarmas en el sector hotelero local. Jesús Almaguer Salazar, presidente del Consejo Hotelero de Quintana Roo, manifestó su preocupación al respecto, destacando que este periodo del año siempre presenta retos, pero esta vez la situación es particularmente delicada. “Es evidente que estamos ante una baja considerable en los vuelos nacionales, lo cual ya ha sido reportado. Esperamos que en las próximas semanas se vea una mejoría, pero debemos aprovechar cada día al máximo porque la temporada baja nos tiene en una situación realmente preocupante”, comentó Almaguer Salazar.
Esta caída también ha afectado el tráfico aéreo en el Aeropuerto Internacional de Cancún, que ha experimentado una reducción notable. Según los últimos informes, entre enero y agosto de este año, se registró una disminución del 5.5% en comparación con el mismo periodo de 2023. Esta baja se traduce en que alrededor de 1.2 millones de viajeros han dejado de llegar o salir de Cancún en estos primeros ocho meses de 2024. Este escenario tiene implicaciones importantes no solo para el sector hotelero, sino también para la economía local, que depende en gran medida del turismo.
Almaguer Salazar señaló que, uno de los principales problemas radica en los altos precios de los boletos de avión, que se han encarecido tanto que resulta más económico volar desde Cancún a Madrid que desde Ciudad de México a Cancún. Esta situación, según explicó, está afectando la competitividad del destino y contribuyendo a la caída en el número de visitantes. Ante esto, el Consejo Hotelero de Quintana Roo está trabajando de la mano con el Consejo de Promoción Turística del estado para reforzar las campañas de promoción a nivel nacional, con el objetivo de evitar que la baja en el turismo se profundice aún más durante lo que queda de la temporada baja.
La prioridad, según Almaguer, es prevenir una caída más dramática en las reservaciones. A pesar de la situación actual, las reservas se mantienen entre un 55% y un 60%, pero el reto está en mantener esas cifras y buscar una mejora. “Estamos trabajando para que las cosas no empeoren y para que no veamos una caída aún mayor en los próximos meses”, señaló. Además, insistió en la importancia de mejorar la atención y el trato que reciben los turistas desde que planean su viaje hasta que llegan al destino.
Otro aspecto que destacó es la necesidad de agilizar y mejorar los procesos de entrada para los turistas. Almaguer subrayó que es fundamental que las autoridades, tanto migratorias como aduaneras, faciliten la llegada de visitantes al país, ya que son ellos quienes generan ingresos para mantener en funcionamiento la industria turística. “Es crucial que los agentes de migración, aduanas y los servidores públicos en general trabajen de manera eficiente para garantizar que los turistas tengan una experiencia positiva desde su llegada al país”, puntualizó Almaguer.
En resumen, la combinación de una baja ocupación hotelera, una caída en el tráfico aéreo y altos precios de vuelos ha puesto al sector turístico de Cancún en una situación delicada. Sin embargo, con una estrategia de promoción reforzada y una mejora en los procesos de entrada para turistas, el sector busca enfrentar estos desafíos y evitar una crisis más profunda en lo que resta de la temporada baja.