¿Cómo evitar la parálisis del sueño?, popularmente conocida como “se me subió el muerto”, es un fenómeno en el que el cuerpo permanece inmóvil mientras la mente comienza a despertar parcialmente, lo que genera sensaciones aterradoras y alucinaciones que pueden dejar una impresión duradera en quienes las experimentan.
Según el doctor Milton René Morán Morales, de la Clínica de Trastornos del Sueño de la UNAM, este fenómeno ocurre durante la fase de sueño MOR (Movimiento Ocular Rápido).
En esta fase, el cerebro paraliza los músculos voluntarios para evitar que el cuerpo actúe los movimientos del sueño, mientras la corteza cerebral sigue activa. Esta intensa actividad cerebral no solo facilita la aparición de pesadillas vívidas, sino que puede dejar secuelas de ansiedad o angustia tras un despertar abrupto.
Las faces de la parálisis del sueño
Los episodios de parálisis del sueño suelen presentarse de tres maneras. La primera implica una sensación de opresión en el pecho, causando dificultad para respirar y una impresión de “algo” que oprime el cuerpo.
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La segunda se manifiesta en alucinaciones visuales, donde la persona ve sombras o figuras acercándose en la habitación. Por último, algunos sienten un vértigo intenso, con la impresión de que todo a su alrededor gira mientras permanecen inmóviles en la cama. Durante estos episodios, es común que los afectados tampoco puedan hablar ni pedir ayuda.
Diversos estudios han identificado varios factores que aumentan el riesgo de sufrir parálisis del sueño. Estos incluyen un sueño insuficiente o irregular, cambios de zona horaria, dormir boca arriba, altos niveles de estrés, el consumo de alcohol o drogas, e incluso una predisposición genética.
Esta condición también es común en personas con ansiedad, depresión, estrés postraumático, apnea obstructiva del sueño y ciertos trastornos neurológicos, como la narcolepsia.
¿Cómo evitar que “se te suba el muerto”?
Afortunadamente, existen recomendaciones para prevenir la parálisis del sueño. Mantener buenos hábitos de sueño es fundamental: dormir lo suficiente, establecer un horario regular, y crear un ambiente tranquilo y sin estímulos en el dormitorio.
También es útil evitar la cafeína, el alcohol y las comidas pesadas antes de dormir, además de reducir el uso de dispositivos electrónicos en las horas previas al descanso. Realizar ejercicio físico con regularidad también ayuda a reducir el estrés, mejorando así la calidad del sueño y disminuyendo la probabilidad de sufrir episodios de parálisis del sueño.
Aunque esta condición es inofensiva, puede ser profundamente inquietante para quienes la experimentan, por lo que es importante conocer sus causas y adoptar medidas preventivas para lograr un descanso saludable y reparador.