La Ciudad de México se enfrenta a un importante reto en su sistema de transporte público, ya que la Línea 3 del Metro, que conecta las estaciones de Indios Verdes y Universidad, cerrará completamente. Este anuncio fue dado a conocer por la Jefa de Gobierno, Clara Brugada, y ha provocado una mezcla de reacciones entre los usuarios. Por un lado, muchos expresan alivio al saber que se realizarán mejoras, pero por otro, hay preocupación debido al impacto que este cierre tendrá en la movilidad de más de cinco millones de personas que dependen de esta línea diariamente.
El cierre total de la Línea 3 está planeado para llevarse a cabo en la segunda mitad del año 2025, aunque todavía no se ha definido una fecha exacta. Esta medida forma parte de un ambicioso proyecto de renovación integral que incluye la sustitución completa de las vías del tren, la modernización de varias estaciones, así como la actualización de los sistemas de seguridad y accesibilidad. El objetivo de estas acciones es atender las numerosas quejas de los usuarios, quienes durante años han señalado problemas de saturación y constantes fallas técnicas en el servicio. Con estas mejoras, se espera no solo una mayor eficiencia en la operación de la línea, sino también un incremento en la seguridad para todos los pasajeros.
Para hacer frente a las consecuencias del cierre de esta línea, las autoridades han propuesto varias estrategias de mitigación. Entre ellas, destaca la ampliación de las rutas y los horarios de los autobuses y del servicio de la Red de Transporte de Pasajeros (RTP). Estas medidas buscan absorber la demanda adicional que generará la falta de la Línea 3. Asimismo, se ha señalado que la Línea 1 del Metrobús será una opción clave para muchos de los usuarios afectados, ya que su recorrido por gran parte de la avenida Insurgentes permite conectar puntos estratégicos de la ciudad de manera similar a la Línea 3 del Metro. Estas alternativas, aunque necesarias, no evitarán por completo el caos que se prevé durante los primeros meses del cierre.
Aunque el objetivo final de este cierre es mejorar el servicio a largo plazo, se espera que en el corto plazo la ciudad viva un periodo de desajuste y confusión. La clave para reducir los inconvenientes durante este tiempo será la estrecha colaboración entre las Secretarías de Movilidad y Obras, que deberán coordinar sus esfuerzos para minimizar el impacto negativo en la vida cotidiana de los ciudadanos.
Cabe destacar que la Línea 3 del Metro ha sido desde su inauguración, en 1970, una de las más importantes del sistema de transporte colectivo de la Ciudad de México. Esta línea tiene una relevancia fundamental al conectar el norte con el sur de la ciudad, atravesando varias estaciones clave en su trayecto. A lo largo de su historia, ha sido objeto de diversas ampliaciones y mejoras, debido a la creciente demanda de pasajeros. Su papel en la movilidad urbana es crucial, ya que ha contribuido significativamente a reducir los niveles de tráfico vehicular en la capital del país, siendo una pieza central para el transporte diario de millones de personas.