Un accidente automovilístico ocurrido en el corazón del centro histórico de Mérida causó graves daños a un emblemático predio ubicado en la esquina de las calles 62 x 63, en la Plaza Grande.
Chocan en un incidente que tuvo lugar cuando el conductor de un Datsun, por razones aún desconocidas, perdió el control del vehículo, aceleró y derribó dos bolardos recién instalados, impactando posteriormente contra la fachada de un edificio histórico.
Chocan edifico histórico de Mérida
Este predio, conocido popularmente como “Perico Chicote” debido a una licorería que funcionó ahí, es una construcción del siglo XVII y está ubicado a un costado del Palacio Municipal.
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Durante muchos años, la propiedad perteneció a Don Augusto L. Peón Peón, quien fue alcalde de Mérida durante el gobierno de Olegario Molina. Don Augusto habitó la casa junto a su esposa, doña Jacinta Bolio Manzanilla.
La edificación destaca por su estilo arquitectónico. En la esquina de las calles 62 x 63, existía una terraza semicircular con columnas corintias y balaustradas, que estaba a la altura de las ventanas del edificio. Hoy en día, este elemento luce mutilado en su parte inferior, reflejo de las intervenciones y el paso del tiempo.
A lo largo de su historia, la Casa Peón ha albergado numerosos negocios y oficinas. A finales de los años 30 y principios de los 40, fue acondicionada para las oficinas de la naciente empresa Petróleos Mexicanos.
El edificio fue llamado El Salón de Versalles y Perico Chicote
Entre los muchos negocios que funcionaron en este icónico predio se encuentran “El Salón Versalles”, el estudio fotográfico Osorio, la licorería “Perico Chicote”, el estanquillo “Durán”, y la coctelería “Soberanis”.
En 1963, el Hotel San José se estableció como uno de los inquilinos más conocidos del lugar. Más recientemente, el edificio ha albergado tiendas de artesanías, juegos de video y una tienda naturista.
La propiedad de este edificio histórico ha cambiado de manos a lo largo de los años. Después de haber sido propiedad de la familia Peón Bolio, la mitad del predio pertenece actualmente, según el Catastro, a la señora Lía Venancia Palomeque de Hagar desde 1990.
Este accidente pone nuevamente en el foco la necesidad de preservar el patrimonio arquitectónico del centro histórico de Mérida, cuya riqueza cultural y arquitectónica debe ser protegida para futuras generaciones. Las autoridades locales aún no han informado sobre los próximos pasos para reparar los daños causados.