La Concacaf dio a conocer la lista de nominadas al premio Women’s Player of the Year 2024/25, y entre ellas destacan dos mexicanas: Charlyn Corral, del Pachuca, y Lizbeth Ovalle, de Tigres UANL
Este reconocimiento coloca a ambas futbolistas en la élite de la región y confirma el crecimiento de la Liga MX Femenil como semillero de talento con impacto internacional.
Charlyn Corral llega a esta nominación después de una campaña sobresaliente con Pachuca, en la que fue líder de goleo y pieza clave para que su equipo conquistara el título del Clausura 2025. Su capacidad para marcar goles en momentos decisivos y su consistencia como atacante letal la convirtieron en referente de su club y en ejemplo para generaciones jóvenes que buscan abrirse camino en el futbol profesional.
Por su parte, Lizbeth Ovalle ha brillado con Tigres UANL, consolidándose como una de las delanteras más desequilibrantes de la liga. Su nominación está respaldada por sus goles y asistencias en la primera edición de la Concacaf W Champions Cup, torneo en el que su club tuvo protagonismo. Su estilo veloz y creativo la ha colocado en la mira de equipos internacionales, lo que refuerza su proyección global.
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La terna de Concacaf también incluye a futbolistas de gran prestigio como Melchie Dumornay (Haití/OL), Emily Fox (USA/Arsenal) y Khadija Shaw (Jamaica/Manchester City). Esta combinación refleja el cruce entre talento regional y figuras consolidadas en las ligas europeas, elevando el valor del premio y la competencia entre las nominadas. Para las mexicanas, estar en este grupo significa reconocimiento internacional y visibilidad de alto nivel.
El sistema de votación combina la opinión de entrenadoras y capitanas de selecciones nacionales, medios especializados y el voto de la afición, que puede aportar puntos adicionales a las tres jugadoras más votadas. Este mecanismo busca equilibrar la perspectiva de quienes están en cancha, de quienes analizan y de quienes apoyan desde las gradas, dando un carácter democrático al galardón.
La nominación de Corral y Ovalle confirma que la Liga MX Femenil está dando pasos firmes hacia la consolidación. La presencia de dos jugadoras mexicanas en la lista más importante de la región refuerza la narrativa de que el futbol femenil nacional ya no solo compite localmente, sino que produce talentos capaces de brillar en escenarios internacionales.
Ambas jugadoras representan estilos diferentes pero complementarios. Charlyn encarna a la goleadora nata, con olfato y definición precisa en el área; mientras que Ovalle simboliza la creatividad y la velocidad por las bandas, con capacidad de generar jugadas de peligro desde cualquier sector ofensivo. Esa diversidad refleja la riqueza del talento mexicano y la variedad de perfiles que nutren la liga.
El impacto de estas nominaciones va más allá del terreno deportivo. Para el futbol femenil mexicano, es una oportunidad de consolidar su marca a nivel internacional, atraer patrocinadores y fortalecer su posición en el mercado global. La visibilidad que otorga la Concacaf se traduce en contratos, campañas publicitarias y mayor proyección mediática para las jugadoras y sus clubes.
En redes sociales, las nominaciones generaron un gran entusiasmo entre la afición, que rápidamente inició campañas de apoyo digital para impulsar a las jugadoras. La interacción de fans es clave, ya que el voto popular puede inclinar la balanza y convertir a una de ellas en la mejor jugadora de la región. El respaldo social refuerza la identidad de las futbolistas como referentes de empoderamiento femenino en el deporte.
La nominación de Charlyn Corral y Lizbeth Ovalle a Mejor Jugadora de la Concacaf no solo celebra sus méritos individuales, sino que coloca al futbol femenil mexicano en la conversación internacional. Sea cual sea el resultado, el mensaje ya está dado: México compite, brilla y exporta talento en la cancha y fuera de ella.
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Con información de EL UNIVERSAL
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