Cancún, 50 años de historia

Cancún ha salido adelante, como sin duda lo hará después del Covid-19.

Por Lorena Careaga

Hablando de historia y otras cosas, ¿sabían ustedes que el primer aeropuerto de Cancún estaba ubicado en el centro de la ciudad?

Que tal, les saluda Lorena Careaga y hoy, en su 50 aniversario, hablaremos de algunos de sus momentos más significativos.

Cuesta trabajo imaginar que la actual avenida Kabah fuera, en 1970, la pista de aterrizaje del primer aeropuerto de Cancún, con una palapa como sala de espera y una construcción de palitos que hacía las veces de torre de control. Con tan solo 376 habitantes, el naciente destino ya se comunicaba con el exterior por aire, y comenzaba también a definirse la naturaleza fundamental de esta ciudad de migrantes, de turistas y de población flotante en constante movimiento, así como también de profunda diversidad cultural. Para 1975, había 8,500 habitantes y nacía el primer bebé cancunense. A partir de entonces, Cancún vería su población prácticamente triplicada cada dos años.

De 1975 data uno de sus carteles promocionales más famosos, aquel que mostraba una huella humana en la arena y anunciaba: “Éste es Cancún, donde los mayas veraneaban hace mil años”. No obstante, los primeros turistas llegaron en 1972 con los primeros vuelos comerciales. Resulta increíble que, una docena de años más tarde, se le otorgara un reconocimiento al visitante 10 millones y, en 1992, al visitante 20 millones. Este sorprendente desarrollo, que ni sus planificadores más diligentes pudieron imaginar, alcanzó un hito en 1997, al convertirse en el primer lugar nacional de ocupación hotelera, con sus casi 22 mil cuartos repartidos en 125 hoteles. En 2016, alcanzó el récord histórico de 4 millones 760 mil turistas, y continúa recibiendo a más de 3 millones y medio de visitantes cada año.

En sus 5 décadas de vida, la ciudad ha sufrido también su cuota de desastres: el huracán Gilberto en 1988 y Wilma en 2005, así como la epidemia de Influenza AH1N1, en 2009. De todos ellos, Cancún ha salido adelante, como sin duda lo hará después del Covid-19. Ojalá retomemos la vida, para siempre transformada, con una nueva conciencia de lo que significa la salud integral de nuestra ciudad, tanto de sus habitantes, como de su entorno natural y de su economía.

 

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