La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) ha recomendado una receta fácil y rápida para preparar caldo de huesos, una excelente fuente de colágeno.
Este elemento es esencial para la salud de la piel, el fortalecimiento de huesos y articulaciones, y el cuidado del cabello y uñas.
El caldo de huesos es versátil, ideal como primer platillo o como base para enriquecer guisos, salsas o sopas. Aunque los huesos de res son los más comunes, esta receta puede adaptarse a cualquier proteína, incluido el pollo.
Profeco recomienda en “Caldo de huesos”
Profeco, a través de su sección de Tecnología Doméstica, ofrece una receta sencilla para preparar caldo de huesos de pollo en solo 30 minutos, aunque es necesario dejar reposar la preparación durante una noche. Esta receta rinde varios días, ya que el caldo puede conservarse en refrigeración hasta por cinco días.
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El caldo de huesos de pollo es beneficioso para la salud, ya que contiene minerales como calcio, magnesio, fósforo y potasio, que son esenciales para la salud ósea y otras funciones corporales. Además, fortalece el sistema inmunológico gracias a los aminoácidos presentes, como la glicina y la prolina.
El colágeno en el caldo ayuda a fortalecer la mucosa del tracto digestivo, favoreciendo una mejor digestión y reduciendo problemas como el síndrome del intestino permeable. También contribuye a la elasticidad y firmeza de la piel, así como a la salud del cabello y las uñas. Además, ayuda a mantener la salud de las articulaciones y tiene propiedades antiinflamatorias.
¿Cómo preparar el “Caldo de huesos”?
Para preparar caldo de huesos de pollo, necesitarás los siguientes ingredientes: 2 huesos de pechuga de pollo, 2 hojas de hierbabuena, un pedazo de cebolla, un diente de ajo, dos litros de agua, sal de ajo, una cacerola y un colador.
Aquí están los pasos a seguir según Profeco:
- Enjuaga los huesos de pechuga con agua potable.
- Coloca 2 litros de agua, los huesos y el resto de los ingredientes en la cacerola.
- Tapa la cacerola y deja hervir a fuego bajo durante 10 minutos.
- Retira la cacerola del fuego y deja enfriar.
- Cuela el líquido en un recipiente de tamaño adecuado.
- Refrigera el recipiente toda la noche.
- Al día siguiente, retira la grasa que se ha acumulado en la superficie.
- Puedes congelar el líquido en un recipiente con tapa hermética.
Otra opción para conservar el caldo es envasarlo al vacío. Para ello, necesitarás una olla de presión o convencional, 2 trapos, unas pinzas de metal, 2 tazas de agua y frascos de vidrio con tapa esterilizados. El procedimiento es el siguiente:
- Coloca agua en la olla de presión y lleva a fuego medio sin cerrarla
- Llena los frascos de vidrio con el caldo, dejando un centímetro de espacio entre el líquido y la tapa del frasco. Ciérralos bien.
- Coloca los frascos dentro de la olla de presión y cierra la tapa.
- Deja hervir los frascos durante diez minutos.
- Permite que la olla se enfríe por completo y que el vapor salga.
- Abre la olla y extiende trapos sobre una superficie plana.
- Coloca los frascos boca abajo sobre los trapos y déjalos reposar durante ocho horas.
- Una vez transcurrido este tiempo, tus alimentos estarán listos para ser almacenados en lugares frescos y secos.
Se recomienda consumir caldo de huesos entre 2 y 3 veces a la semana para obtener sus beneficios nutricionales, lo que puede contribuir a una dieta equilibrada y saludable.