¡Abuelita causa revuelo! La tranquilidad de esta comunidad se vio sacudida cuando Doña Teodora, una mujer de la tercera edad, desapareció misteriosamente tras adentrarse en el monte. Durante casi tres días, familiares, vecinos y elementos de la Policía Municipal la buscaron sin descanso, temiendo lo peor.
Fue hallada finalmente por las autoridades, deshidratada pero consciente, y trasladada de inmediato a un centro de salud, donde recibió atención médica. Actualmente, se encuentra estable y recuperándose en su hogar, pero su relato ha dejado a todos con asombro y desconcierto.
Relato de la abuelita sobre los aluxes
Según narró la propia Doña Teodora, mientras caminaba por la selva escuchó voces familiares que la llamaban por su nombre. Creyendo que se trataba de sus hijos o nietos, decidió seguirlas, pero nunca logró alcanzarlos.
TAL VEZ TE INTERESE: Abuelita dispara a una familia y mata a un joven en Chalco
En su lugar, comenzó a ver pequeñas figuras moviéndose entre los árboles, con ojos brillantes y risas juguetonas.
“Eran como niños, pero no eran humanos”, relató la mujer tras su regreso.
El caso fue difundido por la página de Facebook Relatos Aluxinantes, dedicada a compartir historias de lo sobrenatural en la Península de Yucatán. Ahí se interpretó su experiencia como un posible encuentro con los aluxes, seres míticos de la tradición maya.
El misticismo maya sigue presente
Según la creencia popular, los aluxo’ob (plural de alux en maya) son pequeños guardianes sobrenaturales que habitan en selvas, bosques y campos. Suelen mostrarse solo a quienes respetan la naturaleza, y se dice que pueden actuar como traviesos bromistas o poderosos protectores del entorno.
Estas criaturas forman parte del imaginario ancestral del pueblo maya, y su presencia continúa viva en muchas comunidades rurales de Yucatán. Para algunos habitantes de Chichimilá, lo vivido por Doña Teodora no solo confirma las antiguas leyendas, sino que recuerda la importancia de mantener el respeto hacia el monte y sus espíritus.
“Hay cosas que no todos pueden ver, pero los abuelos sí saben”, comentó un vecino al enterarse del caso.
Aunque para muchos se trata de una experiencia mística, otros insisten en que Doña Teodora pudo haber sufrido una desorientación causada por el calor y la deshidratación. Sea cual sea la causa, su historia ha reavivado el misticismo en la región yucateca, donde lo mágico y lo real conviven desde tiempos ancestrales.
Deja un comentario Cancelar respuesta