En junio de 2024, un terremoto derrumbó la humilde vivienda de barro de María Ponce, una jubilada de 80 años que vive en El Borbollón, un pequeño pueblo de la provincia de San Miguel, al oriente de El Salvador. Sin apoyo oficial ni recursos suficientes, María se enfrentó al riesgo inminente de quedarse en la calle. Pero en lugar de resignarse, decidió construir una nueva casa con lo que tenía a su alcance: botellas de plástico, bambú y materiales reciclados.
Durante mes y medio recorrió calles, negocios y viviendas recolectando cientos de botellas que luego lavó y pintó a mano. “Cada botella está pintada por mí. Quise que mi casa tuviera alegría”, explicó al medio Bzi.ro. Para la estructura principal usó varas de bambú enterradas firmemente en el suelo y diseñó un techo con botellas y soporte de bambú, resistente a la lluvia.
Trabajo diario y creatividad sin límites de la abuelita
El proceso de construcción duró tres meses y lo realizó por completo sola. Las puertas azules del refugio, hechas a partir de mesas recicladas, dan la bienvenida a vecinos y curiosos que se acercan a conocer su historia.
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El suelo, decorado con tapones de plástico de colores, forma un mosaico que da un toque artístico al espacio de apenas 10 metros cuadrados.
Ubicada en la calle principal de El Borbollón, cerca de la frontera con Guatemala, la casa de María no pasa desapercibida. Se ha convertido en un símbolo de resiliencia, admiración comunitaria y una respuesta digna ante la precariedad.
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Un refugio con mensaje social y ambiental
Para María, este pequeño hogar representa mucho más que un techo: “Hasta ayer no tenía nada, y hoy la gente se detiene a admirarla”. Su experiencia pone de relieve la falta de políticas de vivienda digna para personas mayores en situación de pobreza, al tiempo que demuestra el valor del reciclaje como herramienta de supervivencia y expresión personal.
Hoy, su casa no solo ofrece refugio, sino también inspiración. María espera que su historia motive a otros a buscar soluciones creativas ante la adversidad. Su gesto, sencillo, pero poderoso, ha dado voz a los excluidos y ha convertido su hogar en un punto de referencia en la comunidad.
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